EL PEREGRINO DE LA ESCLEROSIS

laopinióndezamora.es » Zamora

El peregrino con una causa en la mochila
La lucha contra la esclerosis anima a José María Arroyo a volver a Santiago

El peregrino, frente a la capital a su llegada a Zamora. Foto Emilio Fraile
B. BLANCO GARCÍA

Aparentemente incansable, José María Arroyo inició el pasado día 27 el que es su undécimo Camino de Santiago, con origen en la localidad toledana de Talavera de la Reina, muy cercana al pueblo donde vive, Alberche del Caudillo. Allí reside con su mujer María Luisa y sus hijas Montserrat y María Belén. Precisamente de esta última saca las fuerzas necesarias para iniciar cada año su peregrinaje. Y es que a su hija le diagnosticaron hace una década esclerosis múltiple y, desde entonces, su padre comenzó su particular cruzada para llamar la atención frente a esta dolencia «que afecta a más de 40.000 personas en España», recuerda.


Su mochila, única compañera de viaje, lleva el lema por el que camina. «Esclerosis múltiple. Más investigación». Y es que a su hija, que en la actualidad tiene 39 años, tras nueve años de espera «comienzan a hacerle pruebas», lamenta. «Siempre hago el trayecto solo, aunque me voy encontrando con gente por el camino. Una vez me acompañaron unos amigos de Salamanca, pero me los cargué a todos, no aguantaron mi ritmo», recuerda entre risas este manchego de 66 años.


Jubilado de Iberdrola desde 2005, este particular peregrino de 66 años inicia habitualmente su travesía a finales de abril y asegura no sentir el cansancio en sus pies, en los que lleva acumulados miles de kilómetros, no solo a Compostela, sino también a Roma, Fátima o Guadalupe.


El objetivo lo tiene claro: esta enfermedad necesita más investigación para poder luchar contra ella. Una petición que se hace verdaderamente más complicada en tiempos de crisis. «La situación actual del país no es excusa. Habrá menos dinero, pero deberían utilizar lo poco que tienen en investigación, pero implicándose de verdad», subrayó.


Este año, los inicios del camino han sido «realmente duros», reconoce. Y es que el mal tiempo se ha dejado notar en los primeros kilómetros, en la sierra de Gredos. «Había mucha nieve y la vereda estaba totalmente borrada, así que estuve dos horas perdido, sin saber hacia dónde dirigirme. Al principio me cabreé conmigo mismo, porque incluso me caí, pero luego me recompuse y seguí adelante», narra. Y es que la experiencia es un grado, y más en estas pruebas, donde los kilómetros dejan mucho tiempo para meditar.


Ayer por la noche llegaba, cansando pero con una sonrisa en los labios, que pocas veces se le borra, a la capital zamorana. Un breve descanso, propio del bueno peregrino, ya que esta mañana salía, a primera hora, para continuar con su cometido, paso a paso, hasta llegar, el próximo día 9, a Santiago de Compostela. Tras visitar al santo, su propósito es regresar, también a pie, hasta a su hogar en Alberche del Caudillo, donde tiene previsto llegar el próximo 26 de mayo.





0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dedicarme un poco de atención y a preocuparte por este tema.